El pasado domingo volví a plantarme enfrente de la "Carbonería", en Barcelona. La encontré cerrada, blindada a cal y canto, esperando la piqueta especuladora. Y volví a hacer fotos. Y pensé, con toda seriedad, que esa fachada es un arte. Que sería una pérdida irremisible si fuera derrivada. Que tenemos que hacer algo para preservar el arte en la calle (del que "la carbonería" es un -magnífico- ejemplo vivo). Así que, por mucho banco que sea el que está detrás, por mucha especulación que exista, salvemos "la Carbonería" de la piqueta del "aquí te pego, oro que me llevo". De verdad, ¡salvemos "La Carbonería".
Texto y fotos: Vicente Escudero
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