Para tomar esta inocente foto del patio del palacio arzobispal de Barcelona, me llamaron la atención, tuve que identificarme ante el guarda-puertas, acudí a la oficina de "Medios de comunicación", (periodista que uno es, sigue siendo). Al final, "el miedo al carnet" sigue pesando, y me dejaron tomar la imagen.
Al final, justo es, quid pro quo, desconfianza por desconfianza, "cacé" al cancerbero / guardia de seguridad que se había ido "a tomar un bocadillo".
De chiste.
Fotos: Vicente Escudero
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