jueves, 11 de octubre de 2012

CATEDRAL DE LEON (A CAL Y CANTO)

Os lo cuento como fué: Estábamos visitando -admirando- el interior de la catedral de León, cuando dos vigilantes, uno decididamente "curil", otro con justo coeficiente mental, con malos modos, nos hiceron abandonar -con muy malas formas-  el recinto de la Catedral porque, según sus palabras, "se iba a proceder al oficio religioso". Bien, hasta ahí -y aparte de las malas formas empleadas- nada que objetar. Ellos son libres de hacer con su "culto" lo que quieran. Pero, si realmente, quieren convertirse en una "secta" (que en el fondo, lo son), ¿por qué no se pagan ellos mismos sus ritos? ¿A qué vienen imposiciones -y además con malos modos-? Si quieren convertirse (realmente ya lo son) en una secta, que apechuguen con las consecuencias (rito / pago) y que no busquen / pidan / reciban subvenciones del Estado. Que las tienen, y muchas. Eso sería congruente ("yo me lo guiso, yo me lo como"). Lo que no vale es "estar en misa y repicando". Es decir, lo nuestro es nuestro (y hacemos lo que queremos), pero pagais vosotros, ¡paganos! Y si queremos cerrar las puertas, las cerramos. ¡A cal y canto! Pues que bien...


 Pero como el arte, la catedral de León, no tiene la culpa de los vigilantes que la "administran", he aquí las fotos que pude hacer antes que me dieran con las rejas -y nunca mejor dicho- en las narices.



Texto y fotos: Vicente Escudero

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