En recuerdo y humilde homenaje a mi tía-mami Esther Escudero. Ella siempre creyó en "los Leones". Y aunque, a veces, fueran mishinos, para ella siempre eran Leones. Ella, versión femenina del Quijote, siempre supo que detrás de los molinos de viento había gigantes escondidos. Allá donde estés, que la paz te acompañe. Te la mereces.
Texto y fotos: Vicente Escudero
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