Olabeaga, en la margen izquierda del Nervión. Nunca había estado ahí. Vi las casas, tradicionales. Sobre un puente de hierro oxidado, los restos de las antiguas vías del ferrocarril de via estrecha Bilbao-Santurce. Hoy queda un sendero. La bajada al caserio. Las escaleras, que me recordaron una antigua foto que hice hace más de 45 años y que sigo teniendo en mi retina: "Dios, ¿donde estás?". Los escalones... Allí, en aquel momento, sentí vívidamente, con una gran emoción, que el tiempo parecía haberse detenido.
Texto y fotos: Vicente Escudero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario