Siempre me gustó Gila.
Su humor surrealista, inteligente, tierno.
Su: "¿Está el enemigo? Que se ponga".
Muchos años y muchos chistes después entendí lo de su camisa roja.
Conocía "El libro rojo de Gila" que publicó Sedmay el año 1974 y que podeis encontrar en mi tienda DRAKMA66 de Todo Colección.
Pero ayer, curioseando en la biblioteca me encontré con un ejemplar de "Un libro libre", publicado por PPC el año 1996 y fué como re-encontrarme con el bueno de Gila. Me siguió arrancando sonisas de complicidad que quiero compartir con vosotros.
Dejo aquí, por tanto, algunos chistes gráficos y las siguientes frases / dialogos geniales:
"- Señor, bendice los alimentos que no vamos a comer.
-Amen".
"Desde luego es usted digna de admiración porque, siendo pobre, con siete hijos y viuda, no sé cómo le quedan ganas de pedir limosna".
"Yo no puedo ver sufrir a los pobres: por eso los mato".
"Pues un helicotero es... ¿cómo sos diría yo? Como un ventilador, pero a lo bestia".
"Se prohibe fusilar bajo pena de muerte".
"- Ernesto, ¿me quieres?
- Pues claro que te quiero, imbécil, que eres imbécil: siempre con la misma historia".
"Antes de matar a un vietnamita consulto la brújula. Así mato solamente a los del norte".
"- ¿Quiere hacer el favor de no darle más puñaladas?
- Pues que deje de llamarme asesino".
"- Así es la vida: hoy te fusilamos nosotros y otro día nos fusilarás tú.
- No sé, no sé."
"Yo no soy racista. Para mí todos los hombres son iguales. Me da lo mismo que se muera de hambre un negro, un moro o un gitano".
"¿Racista yo? Racista lo será tu padre, gitano, que eres un gitano".
"Es que ustedes los pobres no tienen arreglo. En lugar de invertir las limosnas en bonos del estado se las gastan en comer".
Pues eso, Gila -creo- merece nuestro recuerdo.
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