Trabajé ocho años (de 1977 a 1984) en el diario Deia de Bilbao.
Hubo de todo.
Momentos periodísticos vibrantes, impagables, únicos.
Y, al final, una mediocridad absoluta.
¡Que directores ha tenido que soportar uno!
En definitiva: una sensación agridulce.
Una vez más, "Luces y sombras".
Pero, eso sí, estas portadas me siguen gustando.
(Gracias, David, por tu ojo y tu paciencia)(Fotos y composición: Vicente Escudero)
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